Por alguna razón un día me vi simplificando rostros de personalidades de ayer y de hoy. No sé si es que cuando uno transforma figuras de carne y hueso en caricaturas aflora en la superficie cierto viso de verdad
respecto de la personalidad de estas figuras. Así Edith Piaf salió sufrida, Nietzche con gesto adusto y severo, Cortázar con cara de niño sorprendido y Kafka con gesto vegetal, como los alienados protagonistas de sus historias.
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